Los motores accionados por correa son cada vez más numerosos, aunque las cualidades de la cadena parecen evidentes. Entonces, ¿qué ventajas e inconvenientes presentan uno y otro sistema? En este artículo de Schaeffler REPXPERT vamos a analizarlos para arrojar algo de luz sobre este dilema.
Se estima que en la actualidad, aproximadamente el 40% de todos los motores está equipado con distribución primaria accionada por correas dentadas. Sin embargo, este dato por si mismo no basta para arrojar luz sobre qué sistema es mejor. A grandes rasgos, la gran ventaja del accionamiento por correa dentada es que resulta mucho más económico de fabricar que un accionamiento por cadena de distribución. Esta sin duda es una de las razones principales por la que tantos fabricantes de vehículos utilizan el accionamiento por correa dentada para controlar las válvulas de sus motores. Sin embargo, para el propietario del vehículo, usar una correa dentada supone mayores gastos de mantenimiento, ya que ésta debe sustituirse en intervalos aproximados de 120.000 a 180.000 kilómetros. No hay que olvidar que entre los intervalos de sustitución también deben controlarse las poleas tensoras de la correa dentada.
Si la correa dentada no se sustituye en el intervalo especificado, esto puede dar lugar a graves daños en el motor. Cuando la correa dentada se rompe, a menudo hay que instalar un motor de sustitución, ya que no merece la pena repararlo. Sin embargo, una correa dentada también presenta ventajas frente a una cadena de distribución, aunque puede suceder que solo haya que sustituir algunas válvulas en la culata. Por lo general, el accionamiento por correa dentada es más silencioso. En los vehículos deportivos, este accionamiento del árbol de levas se utiliza con frecuencia, puesto que la masa de inercia de una correa dentada es menor que la de una cadena de distribución, por lo que el motor se vuelve más ágil.
La gran ventaja de la cadena de distribución es su larga durabilidad. Por lo general, una cadena de distribución dura lo mismo que el motor, si bien conviene prestar atención a los síntomas de elongación. Los tensores de cadena deben controlarse a intervalos regulares, tal y como establecen las recomendaciones de los fabricantes. Al igual que sucede con la correa, si la cadena de distribución se rompe, en la mayoría de los casos debe sustituirse el motor, ya que lo más probable es que el coste de repararlo sea demasiado elevado. Esto es debido al gran número de componentes que suelen dañarse, tales como válvulas, accionamiento de válvulas o carcasa del motor, además de por el kilometraje presumiblemente elevado del motor. Otro inconveniente de la cadena de distribución es que su sustitución, en caso de que se requiera, por lo general resulta más cara que cambiar la correa dentada. Es más, en función del tipo de vehículo, puede ser necesario desmontar el motor.
Como hemos podido comprobar, tanto la correa dentada como la cadena de distribución presentan ventajas e inconvenientes. A grandes rasgos, la correa dentada hace que el motor sea más económico de fabricar, pero más caro de mantener. Normalmente, la cadena de distribución tiene una vida útil muy larga, pero el accionamiento es más complicado y más caro de fabricar. En las dos siguientes listas podemos ver las ventajas de uno y otro sistema.
Fuente: www.repxpert.es
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