La historia del automóvil es rica en anécdotas y curiosidades. Hoy queremos recordar los orígenes de algunos elementos y componentes que hoy parece que siempre han estado ahí, pero que fueron una innovación en su momento.
Cuatro ruedas y un volante. Esa es la configuración de un coche reducida a la mínima expresión tal y como la conocemos hoy en día. Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Los primeros coches se inspiraban en los trenes, por lo que el conductor controlaba la dirección a través de manivelas y palancas en lugar de con un volante.
El volante lo inventó oficialmente el fabricante francés Panhard en 1894, cuando su piloto Alfred Vacheron lo utilizó por primera vez en una carrera París-Rouen. La practicidad del ingenio era obvia, y pocos años después, en 1898, todos los modelos de Panhard et Levassor ya iban equipados con volante de serie. Eso sí, poco tenían que ver aquellos rudimentarios volantes con los modernos multifunción con sensores táctiles y respuesta háptica que son cada vez más habituales hoy en día.
Florence Lawrence fue una de las primeras estrellas de la historia del cine, pero el séptimo arte no era su única pasión. También fue una entusiasta de los coches y dedicó su fortuna a coleccionarlos y recorrer kilómetros con ellos. Fruto de su experiencia, en 1914 tuvo la idea de incorporar, en el parachoques trasero de uno de sus coches, una especie de brazos mecánicos que, activando un botón, se desplegaban para indicar la dirección que tomaría el coche.
Otra de sus creaciones fue un precursor de la luz de freno: una señal de Stop que se desplegaba al pisar el pedal del freno.
Sin embargo, Florence Lawrence nunca patentó sus inventos, y acabó muriendo arruinada en 1938. Solo un año después, Buick, comenzó a instalar indicadores de giro en todos sus coches.
A finales del Siglo XIX, los coches llevaban incorporada una bocina como sistema de advertencia. Esta trompetilla unida a una pera de goma era una evolución de la que se utilizaba en las batidas de caza, y se popularizó con el nombre de “claxon” como derivado de la marca más popular: Klaxon.
El claxon eléctrico fue patentado por Robert Bosch en Alemania en 1914, y salió al mercado siete años después, en 1921. En su funcionamiento utilizaba el principio de los «tubos inmóviles” similares a los que se utilizan en los órganos. El sonido se iniciaba con un impulso eléctrico que generaba una vibración que se propagaba por el tubo de metal.
Es el sistema de entretenimiento por excelencia en el interior del vehículo. La radio es un invento de finales del Siglo XIX, pero no se implementó como equipamiento de los coches hasta 1922, cuando George Frost inventó un prototipo de radiorreceptor compacto que se usaba girando dos botones. El Ford Model T fue el primero que incorporó el prototipo de Frost.
Casi todos sabemos que el primer coche de la historia producido en serie fue el americano Ford T. Pero, ¿cuál fue el primer modelo que adoptó este modo de fabricación en Europa? El honor recae en el Citroën Tipo A en 1919.
El Bugatti La Voiture Noire, con un precio de alrededor de 18 millones de dólares, ostenta el título del automóvil más caro jamás fabricado.
El Hennessey Venom F5 es uno de los autos más rápidos del mundo, con una velocidad máxima de 484 km/h.
En la década de 1950 John Hetrick inventó el airbag pero fue solo hasta 1973 que se instaló en un automóvil (Chevy Impala). Ahora, los airbags son comunes en la mayoría de los vehículos para mejorar la seguridad.
El Peel P50 es considerado el automóvil más pequeño del mundo. Mide menos de 1,5 metros de largo y solo tiene espacio para una persona.
El ingeniero sueco Nils Bohlin inventó el cinturón de seguridad de tres puntos en 1959, un diseño que sigue siendo la base de los cinturones de seguridad modernos.
El origen del salpicadero del coche lo encontramos en los antecedentes al primer coche de gasolina, es decir, el coche de caballos. Este vehículo de transporte era el más usado por la gente antes de la llegada del automóvil, y en este caso, el nombre de salpicadero lo encontramos ahí. ¿Por qué? Porque antiguamente, cuando se utilizaban coches de caballos, el salpicadero era la pieza de madera que se colocaba a los pies del cochero para evitar que se manchase con las salpicaduras de barro de los caballos.
Aunque la función del salpicadero del coche ya no es la misma, con la evolución de la movilidad y de la tecnología, se ha mantenido el mismo nombre para denominar la parte que hay delante del conductor.
Traerémos más curiosidades, en próximas entradas.
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