El palier es una de las partes que constituyen la transmisión de un coche. También suele llamarse semiárbol de la transmisión.
Se trata de una barra articulada gracias unas juntas homocinéticas, que transmite el giro hasta la rueda.
Es un de los elementos que se deben comprobar cada cierto tiempo, porque se pueden evitar averías caras si se detectan problemas de forma temprana. Por eso, no está de más que se revisen cada vez que se vaya a cambiar el aceite y los filtros o cualquier otra operación que requiera levantar el coche.
El palier es el encargado de transmitir el giro desde el diferencial hasta las ruedas. Es decir, de cada diferencial saldrán dos palieres, uno para cada rueda. De tal forma, un coche con tracción delantera tendrá este conjunto delante, uno con tracción trasera lo tendrá detrás y uno con tracción total lo tendrá en ambos sitios.
Para entender qué posición ocupa dentro de la transmisión, vamos dar un repaso a sus componentes: el volante motor transmite el giro al embrague, este la caja de cambios, de ahí pasa al árbol de la transmisión si el motor esté en un eje diferente a las ruedas motrices. De éste pasa al diferencial y de ahí se divide a dos palieres, uno para cada rueda.
La palabra palier o semieje se suele emplear para designar a todo el conjunto que transmite el giro hasta las ruedas, no solo a la simple barra de metal. Ésta va asociada a varios elementos que permiten que se pueda transmitir el giro en todo momento. No hay que olvidar que la rueda puede subir y bajar gracias a la suspensión y, en el eje delantero, tiene que pivotar para que el coche pueda cambiar de dirección. Por eso las partes del palier son:
Barra metálica que transmite el giro. Es importante que no reciba golpes que puedan deformarla, porque un palier doblado impedirá que el giro pueda transmitirse correctamente.
Es la pieza que permite transmitir el giro del palier aunque no esté alineado con el eje de la rueda. Cada palier tiene dos: una del lado de la rueda y otra del lado del diferencial. Sus características son diferentes según si están en el eje de la dirección o no, que que si la rueda va a pivotar necesita una junta homocinética con más movilidad.
Son unos conos de goma con forma de acordeón que encapsulan las juntas homocinéticas. Su interior se llena de grasa para que estas puedan trabajar con la menos fricción posible. Si los fuelles se sueltan la grasa se escapará, lo que provocará un desgaste muy acelerado de las juntas.
Son las encargadas de mantener los fuelles en su sitio. Debes ir muy firmemente ajustadas porque deben aguantar ahí durante mucho tiempo. Son una de las piezas que hay que revisar cuando se compruebe el palier. Al ponerlas hay que asegurarse de que la superficie donde se aprietan no tiene grasa.
Si se dobla el palier por un golpe con una piedra o un objeto similar notarás unas vibraciones incómodas que aumentarán de frecuencia cuanto más rápido vayas. Además, el coche se comportará de un modo impreciso en todo momento. Es decir, tanto en curvas como en rectas.
Esta situación debe solucionarse lo antes posible porque si no, las juntas homocinéticas, los rodamientos de los bujes e incluso el diferencial pueden dañarse por las excesivas vibraciones. Si el palier de ha doblado solo un poco puede que no llegues a notar las vibraciones, pero eso no quita que también se deterioren el resto de las piezas poco a poco. Por eso, conviene revisar visualmente estas piezas cuando se vaya a hacer el mantenimiento del coche.
Se oirá un clac al acelerar o al frenar. Lo que quiere decir que el palier se mueve sobre su eje cuando hace su trabajo de transmitir el giro. En estos casos conviene sustituirlo para evitar problemas mayores. Si se acaba rompiendo puedes quedarte tirado o incluso perder la estabilidad del coche. Esto último puede ser especialmente grave en coches de determinadas características.
Si se llega a este extremo, te puedes llevar un buen susto en carretera. Lo más normal es que oigas un ruido fuerte y que te quedes tirado. Aunque esta circunstancia puede ser peor si el coche que conduces no tiene ESP u otros controles de estabilidad, pero sí diferencial autoblocante (algunos coches antiguos). En estos casos, toda la potencia del motor se transmitirá a la rueda con el palier en buen estado, lo que afectará a su estabilidad.
En este caso los síntomas solo se notarán al girar. Cuando gires el volante y circules a baja velocidad oirás un traqueteo. Lo malo es que cuando se llega a este punto normalmente quiere decir que el daño en la junta ya es grave. Lo mejor que se puede hacer para evitarlo es revisar los fuelles periódicamente, aunque también se puede detectar si se ve grasa en el suelo o en la llanta. Esto querrá decir que se ha salido de su sitio y no está lubricando adecuadamente la junta homocinética.
Fuente: Actualidad Motor
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