Activar el aire acondicionado implica un aumento del consumo de combustible, ya que el compresor del sistema de climatización requiere del ejercicio del motor al conectarse al giro del mismo. Por tanto, cuanto menor sea la temperatura requerida, mayor será la energía que el sistema de climatización “robará” al sistema de combustión.
“Son muchas las recomendaciones que se pueden dar para reducir el consumo de combustible al activar el aire acondicionado”, señalan desde Mann-Filter, compañía especializada en el desarrollo de sistemas de filtración en automoción. “Desde dejar enfriar el interior del vehículo antes de activar el sistema de climatización, como puede ser comenzar a circular con las ventanillas bajadas, hasta poner el aire en modo recirculación, ya que, al captar aire fresco del interior del vehículo, el trabajo del compresor es menor que enfriar el aire caliente del exterior”, explican desde la compañía, que subraya que este método de recirculación de aire puede generar un ahorro de combustible de entre el 20% y el 30%.
En cualquier caso, Mann-Filter recomienda llevar a cabo un adecuado mantenimiento del sistema de climatización y, sobre todo, del filtro del habitáculo. El mejor o peor estado de este filtro también impacta en el mayor o menor consumo que se genera al poner el aire acondicionado.
Como cualquier otro filtro del vehículo, debe conservarse en buenas condiciones para que realice adecuadamente su función. “Y es que un filtro de habitáculo colmatado que ha llegado al final de su vida útil va a actuar como una barrera que impide el paso de aire al habitáculo, lo que automáticamente va a provocar la subida de la velocidad del ventilador, o una solicitud de bajada de temperatura o ambas cosas para compensar esa falta de aire fresco. “En resumen, un uso excesivo e inadecuado de la climatización que no sería necesario si el filtro estuviese en buenas condiciones”, advierten desde Mann-Filter, que también alerta de que puede provocar malos olores o irritación en los ojos provocada por la presencia de bacterias en el evaporador y en el propio filtro.
“El filtro de habitáculo se debe de sustituir cada 15.000 kilómetros o una vez al año”, recomiendan desde Mann-Filter, que desaconseja también limpiar manualmente el filtro, aunque sea en el taller. La compañía destaca, además, el papel que desempeñan los filtros de habitáculo en la prolongación de la vida operativa del sistema de aire acondicionado, “al evitar que se formen depósitos en las finas estructuras del evaporador”.
Fuente: Posventa
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