El rodamiento de rueda en automoción es un componente determinante, ya que permite que las ruedas puedan girar. Su surgimiento parte de la necesidad de aumentar la velocidad de desplazamiento y resolver los problemas vinculados a la fricción. Se trata de componentes cuya función principal es transferir movimiento, aunque también son capaces de absorber cargas y transmitir fuerza. Los rodamientos se emplean en todo tipo de maquinaria, ya que gracias a su giro permiten reducir la fricción entre un eje y los diferentes elementos móviles de un sistema para facilitar el movimiento, explican desde ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), iniciativa de Sernauto formada por una veintena de fabricantes de componentes de primer nivel que realizan labores de concienciación en materia de seguridad vial.
Leonardo da Vinci fue el primero en dibujar una pieza que descubría el principio del rodamiento. Da Vinci se dio cuenta de que la fricción sería menos importante si las bolas no se tocaran, y desarrolló separadores que permitían a las bolas evolucionar libremente.
Sin embargo, el verdadero hito histórico del rodamiento se produce en la Revolución Industrial. Es en este periodo cuando el rodamiento se adapta a su entorno y contribuye al progreso técnico, al desarrollo de la industria y, en consecuencia, a un cambio de paradigma en los modos de vida.
Ya en el siglo XX, concretamente, en 1906, el ingeniero sueco Sven Gustav Wingqvist patentó este elemento en el ámbito de la automoción, dada su importante función en el funcionamiento de los vehículos.
El rodamiento para automoción en la actualidad
Los rodamientos son componentes en relación directa con los neumáticos, que es la única parte del vehículo en contacto con el suelo, esto hace que sean esenciales para la seguridad y por ello “es vital una calidad máxima de estos componentes tanto en materiales, en el desarrollo, y en la fabricación, así como que cumplan las máximas exigencias”, apuntan desde ECEC.
“Hoy día, la mayoría de vehículos están equipados con rodamientos que proporcionan información auxiliar para el sistema anti-bloqueo de frenado (ABS), el sistema de control de tracción (TCS) o el sistema de control de estabilidad (ESP), así como al GPS o al freno de aparcamiento eléctrico, lo que aumenta su carácter de componente de seguridad”, explican desde la iniciativa.
En este sentido, desde las compañías adheridas a ECEC especializadas en la fabricación de rodamientos para automoción, advierten que un rodamiento con sensores integrados de baja calidad puede ocasionar desde fallos en la señal ABS, proporcionando informaciones erróneas, hasta una activación repentina del ABS, lo que puede perturbar el comportamiento del sistema de frenado, pasando por una incorrecta interpretación de las velocidades de cada una de las ruedas por el ordenador.
Así, el buen funcionamiento de un rodamiento depende de la calidad del rodamiento y de sus componentes, calidad dada por factores como la innovación y mejora continua de los productos y procedimientos de fabricación, la mejora de los materiales y tratamientos térmicos de cara a su fiabilidad y duración, la simplificación de los procedimientos de ensamblaje optimizando la fijación de los rodamientos en sus aplicaciones, la utilización de grasas lubricantes específicas y de materiales optimizados, la reducción del gasto energético por disminución de la fricción, así como la optimización del tamaño y la reducción de peso.
De igual modo, algunos conceptos clave para un rendimiento más óptimo del rodamiento son, por ejemplo, conseguir la reducción de peso del componente, configuraciones que proporcionen mayor transmisión de par o diseños que reduzcan la fricción del rodamiento, “lo que repercute en la eficiencia del mismo, pudiendo aumentar el ahorro de combustible y reducir las emisiones”, concluyen.
En esta línea, las empresas adheridas a ECEC realizan una importante inversión en I+D+i orientada a lograr un elevado nivel de calidad en la producción de estos componentes.
Fuente: Elige calidad, elige confianza.
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