En una secuencia de estornudos que dure unos cinco segundos, si se circula a 90 km/h, el conductor habrá recorrido más de 125 metros sin prestar la debida atención a la carretera.
Con la llegada de la primavera se incrementan los casos de reacciones alérgicas a determinados tipos de pólenes, por lo que conducir un vehículo durante esta época puede complicarse ya que determinados episodios puede afectar directamente a la capacidad del conductor y, por ello, se deben extremar las precauciones, destacan desde la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoción (AMDA).
Un mililitro de aire puede llegar a contener hasta 3.000 tipos de pólenes, un problema que se acentúa aún más en primavera y en las grandes ciudades o en zonas industriales. Por eso, llevar limpios y en perfecto estado los filtros del habitáculo del vehículo es clave para evitar reacciones alérgicas cuando se conduce. Por ejemplo, en un episodio de estornudos durante cinco segundos, circulando a 90 kilómetros por hora, el vehículo recorrerá más de un centenar de metros sin que el conductor preste la debida atención a la carretera. Esta distancia sería el equivalente a una treintena de pasos de peatones.
Además, el 50% de los alérgicos sufre alteraciones del sueño (con congestión nasal no se duerme bien) y los que padecen rinitis alérgica sufren somnolencia diurna, lo que también interfiere en la seguridad al volante.
antihistamínicos. Desde hace algunos años incorporan en sus embalajes un pictograma que avisa de sus efectos sobre la conducción y en sus prospectos un apartado que explica los efectos, si los tienen. Los que utilizan como principio activo bilastina, ebastina, desloratadina, loratadina y terfenadina no producen efectos sobre la conducción y son, por ello, mejores para la seguridad al volante.
Desde la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoción (AMDA) lanzan algunas recomendaciones a los usuarios que tengan la necesidad de utilizar sus vehículos en estas fechas, para intentar minimizar las consecuencias de las que alertan también desde la Dirección General de Tráfico (DGT):
Un metro cúbico de aire contiene entre 10 y 80 millones de partículas (bacterias, hongos, esporas, polvos industriales, partículas abrasivas, hollín o gases) que pueden llegar al sistema respiratorio. Desde AMDA recomiendan sustituir los filtros de forma periódica ya que también prolonga la vida del sistema de aire acondicionado, evitando la formación de depósitos en las finas estructuras del evaporador, un elemento que se va deteriorando con el paso del tiempo porque su núcleo se va obstruyendo. Esto puede llevar a una reducción de la capacidad del ventilador entre el 50% y el 70%, lo que provoca un aumento en el consumo de combustible y un mayor desgaste del sistema.
Lo recomendable es sustituir los filtros cada 15.000 kilómetros o una vez al año, o si se registra una menor entrada de aire o percibe un olor extraño al encender o apagar el sistema de climatización. También es importante considerar la necesidad de revisarlo si el habitáculo no se enfría adecuadamente al encender el aire acondicionado o se acumula de forma rápida polvo o suciedad en el salpicadero.
Fuente: Posventa
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