Cuando un taller se enfrenta a la sustitución de un guardabarros, lo hace también a la difícil decisión de dónde comprarlo… Más allá de origen, el mercado estaba encontrando serios problemas para contar con productos de calidad en una familia que por otra parte cada vez tiene mayor presencia en los talleres -de carrocería, pero también de mecánica-. Por eso es noticia que Phira haya lanzado una gama de guardabarros con sello de calidad CZ.
Porque se centran sobre todo en ofrecer la mayor calidad, sabedores de que es ese el punto débil de este producto hasta el momento en el mercado independiente: “Nosotros fabricamos nuestros guardabarros igual que los paragolpes: con el mismo material, que es idéntico al de origen, y con el mismo proceso productivo: mediante la inyección de plástico en unos moldes que en la mayor parte de los casos nosotros mismos desarrollamos”.
En eso se diferencian: “En otros casos los guardabarros se producen por medio del termoconformado, que no deja de ser una plancha que deforma un plástico bajo presión para generar una determinada forma. Pero de ese modo no se consigue un producto con elasticidad, flexibilidad y resistencia adecuada. De esa forma los guardabarros son demasiado rígidos, por lo que el profesional se encuentra con muchos problemas durante el proceso de montaje. Son productos que además se rompen con mucha mayor facilidad en caso de recibir un leve impacto”.
Calidad certificada
Pero como las cosas además de decirlas hay que demostrarlas, lo que Phira hace es auditar toda su gama de guardabarros con el certificado de Centro Zaragoza, “que es el único completamente independiente, que evalúa no sólo las propiedades del material sino que además el taller podrá montarlo exactamente igual que su pieza homóloga OE”.
La certificación de Centro Zaragoza no es a la carta -estudia criterios independientes, no elegidos por las propias empresas auditadas- y por ello vigila ciertos aspectos que no son visibles a simple vista por el taller cuando recibe la pieza, pero inciden en su calidad. La gama completa de guardabarros Phira cuenta con este sello.
Y es que para el fabricante español es importante este punto: “Llevamos muchos años luchando por la imagen del recambio IAM de carrocería. Porque no todos somos iguales y nosotros cuidamos mucho la calidad de nuestros productos. La prioridad es que no ofrezca absolutamente ningún problema al taller: que sea idéntico al original”.
Tan convencidos están de ello que son el único fabricante IAM de carrocería -y podría decirse que de los muy pocos que lo hacen en cualquier familia de producto de la posventa- que en caso de recibir una garantía por fallo de fabricación no sólo atienden como es debido la devolución del producto, sino que afrontan también el coste de la mano de obra del taller: “La carrocería es una familia compleja: sabemos que para el taller implica muchas horas de trabajo porque intervienen muchos procesos desde que la pieza es montada hasta que sale por la puerta perfectamente terminada. Están en juego muchas horas de trabajo, lo sabemos. Si un coche vuelve por un problema con una pieza puede que tengas que sacar de nuevo toda la pintura, volver a imprimarlo, volver a gastar material… Nuestra tasa de incidencia por garantía es menor al 1%, pero si pasa, lo que queremos es ofrecer soluciones.
Fuente: Autopos