Las condiciones meteorológicas propias del invierno llegaron de golpe en la última semana a nuestro país, temperaturas muy bajas o por debajo de cero, lluvia y nieve son algunas de las inclemencias que tienen que soportar aquellos coches que no tienen la suerte de “dormir” en un garaje y que por eso están más expuestos a sufrir averías debido a las heladas.
Neumáticos sin presión
El frío hace que los neumáticos pierdan presión por lo que debemos controlarla con mayor frecuencia para evitar cualquier percance. Unos neumáticos con poca presión aumentan el riesgo de perder el control del vehículo y sufrir un percance en la carretera, sino que también produce un desgaste innecesario de la goma así como mayo gasto de combustible.
Batería descargada
La batería de los coches es uno de los componentes que más se resiente con la bajada de las temperaturas. Pierde potencia llegando a dificultar el arranque, la tarea de esta se empieza a dificultar a partir de los cero grades, mientras que su potencia se reduce hasta la mitad a partir de los diez bajo cero. Por eso, y sobre todo a partir de los tres años de uso, conviene que manos expertas la revisen pasando por el taller.
En el caso de los eléctricos, la duración de la batería en los días más fríos puede verse reducida a la mitad. Esto se debe a que el aceite de transmisión está más viscoso, aumentando la fricción interna.
Líquidos congelados
Y el problema de los líquidos que ven sus características afectadas por las bajas temperaturas no acaban ahí. Aceite y refrigerante se pueden ver alterados, algunos aumentan su viscosidad, o pueden volverse más untuosos, otros directamente pueden congelarse, a excepción del líquido de frenos y el combustible. Para hacer frente a este problema, recomiende a sus clientes que esperen unos minutos antes de poner el vehículo en marcha para poder comprobar que todos los vehículos están en valores normales y se puede conducir con seguridad.
Limpiaparabrisas pegado
Es bastante común que luego de una noche gélida los parabrisas de los coches que pernoctan a la intemperie amanezcan con una fina capa de escarcha, o incluso en algunos casos con placas de hielo más contundentes. Es recomendable el uso de una rasqueta especial junto con algún producto anticongelante para limpiar el parabrisas, y no activar el sistema hasta que la escarcha o las placas de hielo hayan desaparecido por completo, asegurándonos antes que las escobillas no estén pegadas al cristal. Hay que tener en cuenta que el líquido limpiaparabrisas se habrá congelado si las temperaturas han sido inferiores a cero.
Frenos menos eficaces
Conducir con condiciones climatológicas adversas como lluvia, hielo o nieve puede aumentar considerablemente la distancia de frenado, así como exigir más al sistema. Por esa razón es importante revisar los frenos y asegurarse que están en perfectas condiciones.
Fuente: La Comunidad del Taller
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