Los coches que funcionan con gasolina o diésel tienen cuatro filtros principales. Los filtros ayudan a que el aire y los líquidos circulen de forma óptima en el motor del vehículo. Un buen mantenimiento de los filtros y su cambio periódico contribuyen a garantizar la longevidad y el buen funcionamiento del motor.
Los cuatros filtros principales de un automóvil son los siguientes:
El filtro de aire protege el motor de las partículas que lo podrían ensuciar o dañar. Este filtro es capaz de filtrar el polvo, la arena o incluso los insectos transportados por el aire aspirado por la rejilla. Gracias al filtro de aire, el motor permanece limpio durante más tiempo. El filtro de aire, además, también reduce el consumo del vehículo al ajustar el ratio de aire/combustible durante la combustión.
El filtro de combustible captura la suciedad, las partículas e impurezas presentes en el motor de gasolina o diésel y evita su obstrucción. Además, también impide que entre agua en el sistema de inyección durante la condensación. Los filtros diésel son más complejos y voluminosos que los filtros de gasolina.
A través del motor circulan entre cuatro y ocho litros de aceite que recogen las impurezas y garantizan la lubricación de las piezas del motor, para evitar su desgaste prematuro. Este líquido graso se purifica mediante el filtro de aceite, asegurando su limpieza y mantenimiento durante más tiempo.
El filtro de habitáculo es un elemento esencial para la comodidad y seguridad de los conductores. Filtra las partículas contaminantes que proceden del exterior, especialmente el polen, y garantiza una buena calidad del aire en el interior. Su acción es fundamental en casos de alergias estacionales, en épocas de calor y para hacer frente a los atascos.
El libro de mantenimiento de cada vehículo indica la frecuencia con la que deben cambiarse los diferentes filtros de un coche. El filtro de un vehículo diésel se cambia aproximadamente a los 50.000 km, mientras que el filtro de un vehículo de gasolina suele cambiarse a los 80.000 km. Los filtros de aceite y aire generalmente se cambian al realizar el cambio de aceite, cada 10.000 o 15.000 km. En cuanto al filtro del habitáculo, se recomienda cambiarlo cada dos años.
Hay señales de alerta que avisan de la necesidad de cambiar los filtros del coche:
Si los filtros no se cambian a tiempo, pueden causar un deterioro en el motor hasta llegar a dañarlo y provocar averías. Por lo tanto, es muy importante cambiar los filtros a tiempo.
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